lunes, 7 de abril de 2014

He leido que los e-books como el kindle recogen información de la lectura, por ejemplo: las partes subrayadas, capítulos saltados, tiempo de lectura etc. Esa información se acumula en servidores de big data, se analiza, y ya se reescriben libros una vez terminados.

El de la foto es un grafitero que muestra orgulloso su obra anti-prospecciones.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así que guardan pautas de lectura e interés para hacer mejores libros? O mejor dicho, para hacer libros que gusten más y vender más?
Qué miedo me dan estas cosas, me reafirmo en el uso del papel. El libro que estoy leyendo es de segunda mano y venía con datos del antiguo lector, unas cuartillas con unos textos muy bonitos. Mola bastante más.

El chaval puede estar orgulloso, la verdad.

Anónimo dijo...

Supongo que será para hacer libros que se vendan más. 50 sombras de Harry Potter y tal. Aunque también para monitorizar lo que interesa a la gente y poder predecir comportamientos y dar respuesta política o comercial. O vender tus gustos de lectura a empresas interesadas. Yo también me quedo con el papel, que no cambia, para bien o para mal. Porque eso se parece demasiado a como se cambiaba la historia en 1984, cambiando los archivos de las publicaciones.