com una granota

Estoy tirando un montón de libros últimamente. Tener ropa fuera de los armarios porque están llenos de cajas con libros no es normal. Tener libros por el suelo tampoco es normal. Tener que despejar la mesa de libros cada vez que quiero hacer algo es de anormal. A veces no te das cuenta de cómo vives porque el agua se ha ido calentando lentamente, como la historia de la rana. Pero un dia, sin razón aparente, dices, por diox, qué puto agobio. Así que, trastos fuera, incluidos los libros. Además estuve contando los que tengo por leer, y la cantidad es tan absurda y vergonzante, que incluso lanzo libros que no he leido. Suelo dejarlos los domingos sobre el container azul, me voy al bar a desayunar, y para cuando salgo ya no están. Otros se los doy a mis amigos, si creo que les pueden interesar. O a mi padre, que me dijo: "cuando yo muera, te los volverás a encontrar".