El libro no está mal pero lo mejor es la portada, con ese perro que parece que ha salido de un incendio. Me gustan más los perros chamuscados que los que van a la peluqueria, llevan abrigo o incluso botines. Los perros de señora, vamos. No es que tenga nada contra ellos, sólo los odio. Un perro no puede tener el tamaño de una rata. Si es más pequeño que un gato es estúpido, lo tengo comprobado. Lo único que los salva de la selección natural es el elemento señora.
6 comentarios:
Este no lo he leído. Tuve un época que me dio por Auster y llevo tiempo sin leer nada suyo.
A mí sólo me ha gustado un perro rata, fue un flechazo, era feo, feísimo, pero molaba.
Si pudiera tener un perro tendría un elegante dogo alemán, creo que incluso podría solucionarme el tema transporte. Pero como tener un perro más grande que tú es algo estúpido y esto lo tengo comprobado yo, elegiría un boxer color canela.
Pero vamos, que me veo antes con un gato, que con un perro, y antes con un pez que con un gato.
El problema que tiene Auster a veces es que se le nota demasiado que está improvisando, que está escribiendo la historia sobre la marcha, sin tener ni idea de adonde va y sin pulir el resultado final. Lo que hace que algunos de sus libros no lleguen a ser redondos cuando podrian serlo.
Los boxers color canela son una caña. Es el mejor perro que se puede tener, creo yo, aunque tampoco he tenido muchos tipos de perro para poder ser objetivo.
Una vez en Barcelona vi pasar una chica en patines y arrastrada por un dogo inmenso. Qué flipe pasear así.
Pues ¿sabes? Mi abuela se ha cogido una perra de aguas negra de dos meses. Veremos a ver cómo domina tanto perro! Lo mismo hasta le hubiese venido mejor un perro rata.
¡Que vaaaa! Es mejor así, y además negra es más bonita. Seguro que le va genial.
¿Qué te pasa con los perros? ¿Qué te han hecho? Pero si son animalitos encantadores, fieles y nobles (menos cuando no dan miedo). Y no vale contestar que ladran o que son feos... es que no me lo puedo creer!
¡Pero si a mi me encantan los perros! Pero no me gustan cuando los convierten en peluches histéricos que ladran todo el dia. En realidad la culpa no es suya.
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